lunes, 1 de mayo de 2017

NELSON ACOSTA ESPINOZA, SEAN REALISTAS: PIDAN LO IMPOSIBLE

LA POLÍTICA ES ASÍ

¿Es racional solicitar a una dictadura que respete el ordenamiento jurídico del país? ¿Puede considerarse como una ingenuidad demandar elecciones generales a un gobierno caracterizado como tiranía? ¿No entra en contradicción esta conceptualización con la formulación de demandas de naturaleza democrática? En fin, ¿cuál debería ser la caracterización apropiada de la coyuntura y la forma de lucha correspondiente?

Estas interrogantes las formulo a título de ejercicio en la búsqueda de las vías más apropiada para enfrentar esta profunda crisis que se ha desatado en el país. Ojo, observarán que escribo vías en plural. Es aquí, a mi juicio, donde debería posarse la reflexión sobre las potenciales salidas a la actual coyuntura. Desde luego, la variedad de formas de luchas debería estar acompañada con una diversificación y profundización de las demandas que están siendo formuladas.

Voy a intentar explicar lo sugerido en el párrafo anterior. Hasta el momento que escribo estas líneas la protesta se ha materializado a través de dos mecanismos: marchas y “plantón” en diversas ciudades del país. Las demandas han estado concentradas en cuatro solicitudes; celebración de elecciones; liberación de los presos políticos; establecimiento de un canal humanitario que mitigue el desabastecimiento de alimentos y medicamentos; y, finalmente, el reconocimiento pleno de la Asamblea Nacional. Esta es la agenda de los demócratas. Bueno es recalcarlo, agenda contenida en la Constitución de la República.

Ahora bien, creo que ha llegado el momento de ampliar la política de alianzas implementada hasta el momento. La lucha callejera, a mi juicio, debería estar acompañada por expresiones de rebeldía democrática y constitucional de parte de otras organizaciones de la sociedad civil: sindicatos, asociación gremiales, vecinos, episcopado, ateneos, etc. Igualmente, esta solidaridad debería ir más allá del plano declarativo para poder articularse a la protesta ciudadana. Sería necesario, entonces,  diversificar los escenarios donde desplegar  esta contienda: iglesias, tomas de plazas, colegios profesionales, etc.  En fin, pienso que la presente situación es apropiada para que la MUD rediseñe su política de alianzas en la búsqueda de la construcción de un gran frente cívico que enfrente al gobierno y profundice la lucha.

Me parece,  igualmente, que se debe dotar de un contenido de rebeldía cultural a la expresión oposicionista en el país. Se lucha no  tan solo para desplazar del poder al madurismo. Es imprescindible “preñar de futuro” este presente y derrotar simbólicamente en su totalidad el dispositivo socialista que se apoderó del poder en el país. Esta rebeldía cultural sería el mejor antídoto para expresiones restauradoras que comienzan aparecer en este horizonte de lucha.
Voy a finalizar este breve escrito con una referencia de naturaleza histórica. Dirigida especialmente a los jóvenes corajudos que arriesgan su vida en las calles del país. Celebramos un año más en los acontecimientos del mayo francés del año 1968. En ese mes se dio inicio a una cadena de protestas. Fue emprendida por grupos estudiantiles, a los que posteriormente se unieron obreros industriales y sindicatos. Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia.

Este movimiento tuvo una impronta cultural significativa. Fracasó en el plano político. Pero tuvo éxito al contestar con ingenio y creatividad los moldes culturales dominantes. Su influencia aún se hace notar en Francia en la actualidad.

Con esta referencia intento subrayar que las tareas no son exclusivamente políticas. Es necesario dotar de una significación simbólica las protestas callejeras. En otras palabras, hay que contestar a esta dominación política en el plano cultural. Y, en esta tarea, lo jóvenes deberían jugar  un rol significativo. Ojala en el marco del fragor de estas luchas de calle se esté labrando una nueva generación de liderazgo político y cultural en el país.

En fin, en la actualidad hay que ser realista y pedir lo imposible.


La política realista es así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
Carabobo - Venezuela

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